El “boterismo”, claves sobre el estilo de Fernando Botero

Fernando Botero nació el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia, y falleció el 15 de septiembre de 2023 en Montecarlo, Mónaco. Sus pinturas y esculturas fueron y son expuestas en numerosas ciudades del mundo.

Fernando Botero es uno de los grandes íconos del arte latinoamericano. Su estilo es tan singular, reconocible e inconfundible que se ganó su propio nombre: “boterismo”. Se basa en una interpretación única y original del arte figurativo, y está marcado principalmente por el juego con el volumen y las formas de personas y objetos.

Los comienzos

Fernando Botero logró algo que pocos artistas pueden hacer: construir un estilo único e inconfundible que los vuelva fácilmente reconocibles a nivel mundial tanto para la crítica especializada como para el gran público.

Sin embargo, las cosas no fueron fáciles para él. Para lograrlo, debió transitar un largo y extenuante camino, una búsqueda que lo llevó por distintos estilos artísticos y por diversas ciudades del mundo.

Nació el 19 de abril de 1932 en Colombia, en la ciudad de Medellín. Se interesó por el arte y la pintura desde muy chico. De niño, asistió a una escuela de tauromaquia. La abandonó pronto, y la experiencia se vio plasmada en sus primeras obras: Botero realizó sus primeras acuarelas sobre toros y toreros. 

Su estilo ya era controversial y rompía con la tradición artística de la época. Siendo adolescente, fue expulsado del Colegio Bolivariana porque sus dibujos eran considerados obscenos. 

A los 16 años colaboró con ilustraciones en un periódico local. A los 19, hizo su primera exposición individual en Bogotá: exhibió acuarelas, tintas, óleos y gouaches en la Galería Leo Matiz. 

Influencias 

El desarrollo del estilo de Fernando Botero estuvo marcado por 2 fenómenos: su formación autodidacta y sus viajes y estadías por distintas ciudades del mundo.

Con “Frente al mar”, una de sus obras más famosas, recibió el segundo premio de pintura en el IX Salón Anual de Artistas Colombianos. Con el dinero que obtuvo gracias a esto, viajó hacia Europa, y residió en ciudades como Madrid, España, y Florencia, Italia. 

Luego regresó a Colombia y, tras unos años, viajó hacia Ciudad de México. Movimientos artísticos como el muralismo mexicano y otras influencias como el renacentismo italiano se complementaron en él y dieron inicio a una nueva etapa de su quehacer artístico.

Fue en México donde Botero comenzó a trabajar con seres y figuras voluminosas. Indagó primero con objetos y luego con personas. Su experimentación se materializó en pinturas y esculturas que rápidamente trascendieron a nivel internacional. Fernando se volvió un artista reconocido, cotizado y elogiado por la crítica. 

El boterismo

El estilo de Fernando Botero podría definirse como una interpretación única y singular del arte figurativo. 

Se centra en el estudio y en la manifestación de las posibilidades del volumen y la forma. Sus creaciones presentan un carácter tridimensional en las que las anatomías de personas y objetos sobresalen por su potencia, su exuberancia y cierta sensualidad.

En el boterismo, volumen y forma adquieren una relevancia especial no solo en relación a personas y objetos: el espacio y la perspectiva también presentan una concepción singular. 

En cuanto a lo pictórico, el artista colombiano se destacó por su trabajo con óleo, acuarela, carboncillo y lápiz, entre otros materiales. Su faceta escultórica, por su parte, estuvo marcada por el empleo del bronce y del mármol de Carrara.

Experimentación

La obra de Botero también está marcada por una etapa de experimentación producto de sus visitas a Nueva York, sobre todo por la influencia del expresionismo abstracto que recibió durante los primeros viajes.

Es un período de su obra en el que incursiona en el mundo del expresionismo sin dejar de lado su indagación figurativa. Como resultado de esto, se aprecia una experimentación con pinceladas intensas, con uso de tonalidades fuertes y la utilización de formatos de trabajo de mayor tamaño al habitual.

La búsqueda en materia de pinceladas y colores dejó por un momento en segundo plano la preocupación por el volumen y la forma. 

Fueron apenas unos años. Luego, Fernando regresó a los intereses más marcados de su trayectoria, aquellos que definieron el “boterismo”. El período posterior a su influencia expresionista se destaca por un mayor uso de colores planos, y con figuras y contornos más determinados. 

Fernando Botero falleció en 2023 a sus 91 años. Sus últimas décadas de vida estuvieron marcadas por el reconocimiento y el éxito a nivel global. También por el trabajo constante, por una búsqueda permanente que hace de su estilo algo único e inconfundible, y a la vez amplio y diverso.

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