La Nueva Figuración en el arte latinoamericano contemporáneo

El Neo Figurativo en Latinoamérica encontró representantes en distintos países. Artistas como Carmen Aldunate se destacaron en sus naciones y también reflejaron el espíritu regional del movimiento.

La Nueva Figuración tuvo un impacto singular en el arte latinoamericano de mediados del siglo XX. El movimiento se caracterizó por un regreso al estilo figurativo tras el predominio de lo abstracto, aunque tomando algunos elementos de este y del expresionismo. Antonio Seguí, Rómulo Macció y Carmen Aldunate son algunos de los tantos representantes del movimiento en la región.

El contexto

La Nueva Figuración es un movimiento artístico que surgió a nivel global a mediados del siglo XX, años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Una serie de artistas comenzaron a plantear una superación a los movimientos artísticos informalistas y abstractos que habían imperado durante décadas. El objetivo fue doble: romper con la tradición propia del momento y, en simultáneo, revalorizar el predominio de la pintura figurativa.

Sin embargo, el hecho de volver a apostar por la figuración no implicó un regreso al pasado. Por lo contrario, el Neo Figurativo se caracterizó por una figuración distinta, novedosa, marcada por algunos aportes de lo abstracto y lo expresionista.

La idea principal del movimiento era regresar al objeto, a la figura humana y a la realidad cotidiana. La Nueva Figuración se expandió por distintos territorios y adquirió características propias en cada uno de ellos y en cada uno de los artistas que lo representaron.

El Neo Figurativo en América Latina 

El surgimiento de la Nueva Figuración estuvo marcado por la necesidad de los artistas de crear nuevos lenguajes que les permitan experimentar, expresarse y comunicarse con un público.

También hubo un claro deseo de dar cuenta de la realidad del momento. En muchos casos se aprecia un componente de denuncia social, lo cual se observa con claridad en la región de América Latina.

La Nueva Figuración latinoamericana también apuesta por una revalorización de la figuración. Pero el movimiento difiere de su versión europea o estadounidense en el sentido de que se reconoce local y expresa la realidad social, cultural y política de su tiempo.

En pocas palabras, es resultado de la adaptación de las corrientes artísticas internacionales a la realidad propia de América Latina de los años 50 y 60.

Representantes de la Nueva Figuración

Algunos de los artistas más representativos del movimiento son Francis Bacon, Fernando Botero, Lucian Freud, Paula Rego, Arno Rink, Adrian Ghenie, Frank Auerbach, Jenny Saville y Jorge Figueroa Acosta.

Cada uno dio vida al movimiento a su manera: con sus obras, sus técnicas, sus soportes y sus planteamientos estéticos.

En la región de Latinoamérica, el estilo tomó vida propia en países como Argentina, de la mano de artistas como el pintor, escultor e ilustrador Antonio Seguí (1934-2022).

Su obra se destaca por su estilo realista expresionista y por la presencia de una paleta intensa. Lejos de ser una decisión arbitraria, esta estética marca una denuncia social: se basa en el desequilibrio y en la desarmonía para reflejar el caos político que predominaba en el país a mediados del siglo pasado.

Otro de los grandes exponentes de la Nueva Figuración Argentina es Rómulo Macció (1931-2016). Sus obras se destacan por los contrastes de colores, y el carácter de sus pinceladas refleja la presencia del expresionismo en el movimiento.

Además, Macció fue uno de los fundadores del grupo Otra Figuración, junto a Ernesto Deira, Jorge de la Vega y Luis Felipe Noé.

El caso de Carmen Aldunate

Aldunate tiene 84 años y acumula más de medio siglo de experiencia como pintora y dibujante. Creadora singular, forma parte de un grupo de artistas chilenos que se destacan por su orientación hacia la Nueva Figuración.

Su obra revela una gran capacidad técnica y la presencia de un contenido narrativo de tipo simbólico y psicológico. Su apuesta por la figuración se plasma en la figura humana, en especial la femenina. Los vestuarios que presentan las mujeres en sus pinturas remiten al estilo y la época medieval. 

Si bien es de origen chileno, se encuentra vinculada de forma estrecha con la pintura argentina, debido a los aportes que hizo al movimiento neo figurativo de este país. Lejos de ser un caso excepcional, esto demuestra que la Nueva Figuración trascendió los límites nacionales y dio lugar a un fenómeno regional: el de Latinoamérica.

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