Juan Carlos Maldonado considera que quienes tienen el privilegio de coleccionar también tienen la responsabilidad de compartir. Desde hace unos años, su colección es pública y se puede visitar en el Miami Design District.
Guillermo Garat sostiene que Juan Carlos Maldonado es uno de los mayores coleccionistas del arte latinoamericano. Destaca su pasión por la abstracción geométrica de la región y también su visión de ampliar los horizontes hacia otros ámbitos. El empresario venezolano acaba de ser reconocido por la Fundación ARCO con el Premio al Coleccionismo de ARCO Madrid 2025.
Un asunto de familia
Juan Carlos Maldonado nació en Venezuela y vive entre su país natal y ciudades como Miami (Estados Unidos) y Madrid (España). Es un renombrado empresario que en el mundo del arte es conocido por su faceta como coleccionista y su pasión por el arte abstracto geométrico.
Guillermo Garat opina que en su caso el coleccionismo parece ser un asunto familiar. Juan Carlos es sobrino de Milagros Maldonado, una importante coleccionista de arte figurativo latinoamericano, que tiene en su haber obras de figuras como Roberto Matta y Wilfredo Lam.
El propio Maldonado reconoce que comenzó a coleccionar por influencia de su tía, quien lo introdujo al mundo del arte. La primera pieza que compró fue una obra de Jesús Rafael Soto, artista venezolano y referente del arte cinético.
Claves de coleccionismo
Juan Carlos explica que decidió comprar la obra de Soto por la importancia del artista. Sostiene que, además de ser una referencia para Venezuela, Jesús Rafael es uno de los grandes creadores universales del arte cinético.
Sus primeros pasos como coleccionista los dio siguiendo este criterio. Maldonado se enfocó en su país natal y en sus artistas de abstracción geométrica. Al principio carecía de un camino claro a seguir, pero pronto comprendió que debía ampliar sus horizontes.
Así comenzó lo que él mismo define como un viaje por la geometría abstracta del arte latinoamericano. Y su colección se consolidó por su carácter racional y estudiado. Maldonado siguió comprando pensando en los movimientos artísticos de la región y en la importancia que los artistas geométricos tenían en sus respectivos países y en sus contextos temporales.
El arte como educación
Guillermo Garat asegura que el acto de coleccionar trasciende el simple hecho de la compra. Implica una gestión, un trabajo en materia de logística y preservación, entre otras cosas.
Maldonado agrega que el acto de coleccionar también implica una gran responsabilidad, la de lograr que las obras en cuestión estén al acceso del público.
La Juan Carlos Maldonado Collection se encuentra disponible en el Miami Design District de Estados Unidos. El principal objetivo del espacio radica en visibilizar la abstracción geométrica. En posibilitar el estudio de este movimiento y sus manifestaciones universales, es decir, no solo las de América Latina.
La sede temporal de Miami ofrece exposiciones con obras de la colección y también incentiva la educación a través de publicaciones. Maldonado y su equipo evalúan asimismo expandir su propuesta con programas de becas para artistas.
La sabiduría de la experiencia
A 20 años de su comienzo como coleccionista, Maldonado asegura que aún se sigue equivocando, que aún toma decisiones que a la larga resultan ser incorrectas. Evitando la frustración, sostiene que todo error implica una oportunidad de crecimiento, que se genera un conocimiento y una mayor experiencia de cara al futuro.
El estudio y la formación son pilares claves para el quehacer coleccionista. Juan Carlos aconseja, en especial a los jóvenes, rodearse de profesionales que sepan. En el plano de la abstracción geométrica y también en el del arte en general.
Además apuesta por una proyección a futuro. Su colección comprende en gran medida arte moderno, pero también tiene lugar para el arte contemporáneo. Lo mismo aplica para formatos y técnicas expresivas. Una de las novedades de su acervo radica por ejemplo en la incorporación de piezas de fotografía latinoamericana.
Su colección está en expansión. Crece a partir de un núcleo preciso, el de la geometría y su rigurosidad. La apertura a nuevos talentos, a nuevos artistas, es concreta y necesaria. Pero todas las obras nuevas que se compren, incluso las contemporáneas, deben dialogar con la colección ya establecida.