El acervo del Museo contiene alrededor de 5 mil piezas artísticas. Unas 190 son autoría de Pablo Picasso, el icónico pintor y escultor español.
El Museo de Arte Contemporáneo de Caracas es uno de los mayores tesoros del arte latinoamericano. Contiene la colección pública de obras de Pablo Picasso más grande de la región. Su acervo también presenta piezas de Salvador Dalí, Fernando Botero, Lucian Freud, Joan Miró y muchos artistas más. En los últimos años ha sido víctima de descuido y desfinanciación. Su caso reabre el debate entre la relación del arte y la alta cultura.
La historia del Museo
En principio se llamó Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber y ahora es conocido como Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Armando Reverón. Fue fundado el 30 de agosto de 1973 e inaugurado el 20 de febrero del año siguiente. Y es el museo más importante de Venezuela y uno de los más destacados de América Latina.
Su fundadora, la periodista y promotora de arte Sofía Ímber, fue la directora de la institución desde sus comienzos hasta el 2001, año en que fue destituida. Desde entonces, varios nombres se sucedieron en el cargo, llevando adelante una gestión afín a las políticas culturales de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Se ubica en el Complejo Urbanístico Parque Central, en la capital y ciudad más poblada del país. Y se destaca por poseer un acervo único en el mundo, tanto por la cantidad como por la calidad de las obras.
Una colección invaluable
El Museo de Arte Contemporáneo de Caracas posee la colección pública de obras de Pablo Picasso más grande de la región: se estima que en total son 190, entre pinturas y grabados del icónico artista español.
También hay 29 pinturas de Joan Miró y la lista continúa. Hay pinturas y dibujos de Lucian Freud y Marc Chagall, y esculturas de artistas como Salvador Dalí y Fernando Botero.
El acervo del Museo acumula alrededor de 5 mil piezas. Y su valor total es inestimable. The New York Times informaba en 2022 que la última vez que se realizó una valuación de las obras fue en 1991. Entonces, las piezas más destacadas del museo valían en su conjunto unos 61 millones de dólares.
Sin embargo, los comerciantes de arte en la actualidad sostienen que algunas de esas piezas valen 30 veces más que lo que costaban hace 33 años.
El valor artístico de las obras y su costo económico contrastan con el descuido y las malas condiciones de seguridad que presenta el Museo desde hace unos años.
Las piezas se encuentran expuestas al accionar de los criminales. Y la situación no es novedosa: entre 2002 y 2003, un total de 14 obras desaparecieron de la bóveda del museo. El hurto más famoso fue el de la “Odalisca con pantalón rojo”, pintura de Henri Matisse que logró ser repuesta en 2014.
Alta cultura
El cambio de estilo de gestión en el Museo comenzó con la llegada de Hugo Chávez al poder. El exmandatario venezolano fue quien destituyó a Sofía Ímbar y quien llevó adelante una política cultural desinteresada en la alta cultura.
El desinterés llegó a su punto cúlmine durante el período de recesión económica del gobierno de Maduro. Según el informe de The New York Times, los empleados del Museo están mal remunerados y el presupuesto que se maneja no es acorde a las necesidades de la institución.
También hay inconvenientes con los sistemas básicos de seguridad y las pólizas de seguro, lo cual pone en riesgo la colección de obras.
El presente
El 17 de marzo de 2020, el Museo entró en un período de “cierre técnico”, el cual se mantuvo hasta el 17 de febrero de 2022. Desde su reapertura, de a poco va mostrando signos de recuperación.
La reactivación es modesta, pero sostenida. Muchas de las obras maestras que se hallan en su acervo están exhibidas. También se realizan exposiciones, talleres y otros encuentros que buscan acercar el arte a la comunidad.
La idea es que la colección del Museo ocupe el lugar que le corresponde como patrimonio del pueblo venezolano. La preservación de las piezas y el cuidado de los espacios de la institución son requisitos indispensables para lograrlo.
