La exposición más reciente de Paulina Mellado fue una propuesta inmersiva que buscó estimular la imaginación y la capacidad creativa de los espectadores. Se pudo visitar en la Galería Gabriela Mistral a mediados de 2024
Paulina Mellado es una de las figuras más destacadas del arte latinoamericano contemporáneo. Nació en Chile en 1986 y acumula numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto a nivel nacional como internacional. Su exhibición en solitario más reciente constituye una instalación inmersiva que ubica a los espectadores en un rol activo y que invita a la reflexión sobre el vínculo entre el ser humano y la naturaleza.
Quién es
Paulina Mellado nació en 1986 en Chile, en la ciudad de Temuco. Es Licenciada en Artes por la Universidad de Chile y también obtuvo una Maestría en Bellas Artes en la Academia de Arte y Diseño St. Joost, de los Países Bajos.
Es una de las fundadoras de Oficinas Meteoro, proyecto que ayuda a los artistas a conseguir espacios en los cuales instalar sus talleres. También es conocida por su corta pero prolífica carrera artística: su primera exhibición fue en 2009, y desde entonces acumula numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas, publicaciones, becas, residencias y más.
Sus muestras individuales más recientes son “Pintor de huertos” (2018), “Formas de empezar un cuento” (2023) y “Huellas de liebre” (2023). Todas fueron expuestas en Santiago de Chile, ciudad en la que vive y en la que presentó su trabajo más reciente: “Cómo describir a alguien que no conoce la lluvia la dicha de pisar el barro” (2024).
Lo más reciente
El trabajo de Paulina Mellado presenta materiales singulares. La artista nacida en Temuco emplea resina, fibra de vidrio y elementos orgánicos, entre otras cosas. Para ella, son la clave que posibilitan la recreación de paisajes de fantasía, de mundos que se vuelven posibles gracias a la creatividad y la imaginación.
Todos estos elementos formaron parte de su última exposición, que se pudo disfrutar en la Galería Gabriela Mistral entre abril y junio de 2024.
Con curaduría de Céline Fercovic, “Cómo describir a alguien que no conoce la lluvia la dicha de pisar el barro” recreó una suerte de paisaje del futuro que abre interrogantes como la relación entre el ser humano y la naturaleza en un escenario no actual, pero tampoco muy lejano en el tiempo.
Una instalación inmersiva
La exposición proponía una experiencia singular, de ruptura: los visitantes pasaban del exterior (la ciudad y su cotidianidad alienada) al interior de la galería, conformado por un extravagante jardín de estilo futurista y fantasioso.
Paulina Mellado diseñó un entorno natural y mágico con el objetivo de que las personas se sumergieran en él y viviesen una experiencia única. El propio texto curatorial invitaba a los visitantes a disfrutar de la instalación envolvente desde una actitud contemplativa y reflexiva, desde la pausa y la introspección.
La idea también era proponer un momento de reflexión sobre el panorama futuro de la naturaleza. Pensar cuál será el devenir del presente y la crisis climática en función de las decisiones que se tomen en la actualidad. Pero no desde un lugar de distopía y del pesimismo propio de la ciencia ficción, sino a partir de una perspectiva lúdica y marcada por la imaginación.
Su rol como artista
Paulina explica que la crisis climática es una cuestión que atraviesa el trabajo de todos los artistas que, como ella, trabajan con la naturaleza y los paisajes. Sin embargo, elige abordar la problemática desde una posición singular, lejana a los juicios de valor y a los mensajes moralizantes.
En conversación con la prensa, indicó que no se trata de enseñar lo que está bien o está mal. En su opinión, el arte solo debe posibilitar espacios de reflexión y de imaginación que, de forma libre, dé lugar a nuevas maneras de ser y hacer.
Para Mellado, la clave se encuentra en estimular la imaginación de los espectadores. Es lo que despierta la capacidad creativa que es necesaria para afrontar desafíos como el de la crisis climática.
Por eso, remarcó que su exposición más reciente proponía una experiencia inmersiva y un escenario lúdico, que invitaba a las personas a contemplar y reflexionar sin apuro sobre el futuro que se busca como humanidad.