Las obras de arte en Perú cotizan demasiado alto. Muchas de ellas, incluso, fueron subastadas en el mercado europeo y en las casas de subastas norteamericanas.
Un cuadro creado en Perú es considerado como uno de los más caros en la historia de todo el continente latinoamericano: con un valor de 882 mil dólares, la pintura de Tilsa Tsuchiya fue subastada en una casa de apuestas de Nueva York.
La obra de arte más cara en Perú
De esta forma, se convirtió sin dudas en la obra de arte más cotizada de todo el país y el territorio peruano. Es, además, considerado como uno de los más famosos a nivel mundial.
El cuadro Tristán e Isolda es una leyenda de la materia de Bretaña. Dicha pintura cuenta la historia de amor entre un joven conocido como Tristán y una princesa irlandesa llamada Isolda.
La trama de dicha obra de arte se encuentra enmarcada en la Edad Media. En ese tiempo histórico, se muestran tradiciones que probablemente se remonten a la civilización celta de la región de Bretaña, ubicada en Francia.
Se trata de una de las obras culturales más importantes en referencia a la Edad Media. Es un trabajo de referencia para la evolución cultural de la música del posromanticismo y otros movimientos culturales de importancia en esa época.
Se escribió originalmente en francés y fue luego traducido al alemán. Posteriormente, también fue traducido al inglés y, tiempo después, al noruego. La obra alcanzó su pleno desarrollo artístico entre los anglonormandos del siglo XII, versión de la cual solo se conservan algunos fragmentos.
Los dos artistas peruanos más reconocidos en Latinoamérica
Sin dudas hay un sinfín de artistas peruanos que pueden ser destacados dentro del continente. Sin embargo, dos de ellos son pintores y cuentan con una trayectoria que incluso influenció a una generación de pintores en la región y el exterior:
- Pancho Fierro
Sin dudas que Francisco “El Pancho” Fierro no puede faltar dentro de una lista de pintores latinoamericanos reconocidos en el Perú. Es por ello que el artista, que tuvo una clara influencia de su familia, sus padres y su vivencia dentro de Lima durante el Virreinato del Perú, es mencionado por la mayoría de los revisionistas históricos del arte.
Nació el 5 de octubre de 1807 y muchas de sus obras no se pueden apreciar debido a la falta de registro histórico y precisión de la época. Sin embargo, los especialistas indican que Pancho Fierro es identificado dentro de la historia artística peruana por el uso de las acuarelas y el reflejo de su vida a través de sus trabajos.
Fue mulato e hijo de un criollo español y una esclava de una casa familiar adinerada del Perú. Es visto como un artista bohemio que poseía como principal característica o virtud el talento intuitivo. Comenzó su trayectoria dentro de la pintura con trabajos en carteles y publicidades.
Entre las relaciones de los pintores de la época, Pancho Fierro es calificado como en sus inicios como un pintor de segunda. Luego, tras vincularse con profesores, maestros y artistas de fuste, escaló dentro de la consideración del mundo del arte hasta transformarse en un pintor de primera clase.
- Rebeca Oquendo
Es, quizás, la pintora más influyente de todo el Perú. Nació en la ciudad de Lima, en 1847, y fue reconocida históricamente por una donación que realizó en vida al actual Museo de Historia Nacional. Es por este motivo que su nombre permaneció en la historia del arte peruano hasta el día de hoy.
En sus trabajos, sobre todo en sus telas, es posible observar una paleta de colores que destaca por el intenso uso del negro y el rojo. Se pueden notar, además, profundos contrastes marcados por el claro oscuro, características que se pueden ver como ajenas al óleo.
Su obra de acabada factura, sin embargo, carece de fecha alguna, por la misma razón por la que parte de las obras de los artistas de esa época no llegaron a manos de sus dueños: el casi nulo registro de la época. Sin embargo, el dato más certero es que sus pinturas fueron elaboradas en el siglo XIX.
En sus pinturas predomina la figura del humano a través de una minuciosa pincelada. A partir de esta técnica implementada por Rebeca Oquendo, se destacan los rostros expresivos y los detalles minuciosos y casi perfectos de la vestimenta que se utilizaba en esa época.