La nueva exhibición individual de Irina García se inauguró el 28 de noviembre del año pasado en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo del Ministerio de Cultura y Patrimonio, en Guayaquil, Ecuador.
Irina García es una de las representantes más jóvenes de Ecuador en el arte latinoamericano. Su exposición individual más reciente presenta pinturas, dibujos y videoinstalaciones que reflejan una perspectiva única y singular: una mirada de la naturaleza a partir de la intuición y la contemplación. Cada una de las piezas de la muestra dan cuenta del proceso creativo de la artista y también del potencial creador de la misma naturaleza.
Quién es Irina García
Irina Liliana García Montiel nació en 1989 en Guayaquil, Ecuador. Su primera experiencia universitaria la tuvo estudiando una carrera que poco tiene que ver con su trayectoria artística: obtuvo el título de Psicóloga Industrial en la Universidad de Guayaquil.
Luego estudió en el Instituto Superior Tecnológico De Artes Del Ecuador y en la Universidad de las Artes, donde se recibió de Licenciada en Artes Visuales con una especialización en Medios Digitales. También cuenta con una Diplomatura Superior en Humanidades Ambientales en el cruce del Arte y la Tecnología.
En cuanto a su carrera artística, Irina García participó en diversas exposiciones tanto individuales como colectivas, en Ecuador y en otros países del mundo. La más reciente de todas fue inaugurada el 28 de noviembre del año pasado en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo del Ministerio de Cultura y Patrimonio, en Guayaquil.
Su exposición más reciente
Irina García es una artista versátil y multidisciplinaria. Trabaja con pinturas, dibujos y videoinstalaciones, entre otras formas de expresión artística.
“Susurros: el lenguaje del viento” es su exposición más reciente y presenta algunos de los atributos que se encuentran en toda su obra. García se destaca por sus pinturas y sus dibujos de estilo naif, que complementan narrativas infantiles con conocimientos propios de las ciencias biológicas.
Todas las piezas que forman parte de su nueva muestra individual dan cuenta de su propio proceso creativo. Quizás incluso de su vínculo con el mundo y la realidad. Irina absorbe la información más profunda y más elemental de la naturaleza y sus manifestaciones. Y la procesa a partir de la contemplación y la intuición, es decir, mediante procedimientos no racionales.
Cada una de las obras de la exposición revela una mirada profunda y singular. La autora parece captar la información de sus objetos de interés a partir de la contemplación y la introspección, para luego hacer que lo elaborado internamente se manifieste hacia afuera sin perder su capacidad de impacto.
La naturaleza en la obra de García
Anamaría Garzón Mantilla, la curadora de la exhibición, sostiene que la naturaleza siempre está presente en la obra de Irina García, aunque de diversas maneras.
Destaca la presencia de las aves y sus tránsitos, de las semillas y su crecimiento, de los árboles, las hojas y más. Expresa que la naturaleza no aparece solo como elementos representados, sino que emerge a su vez en el acto mismo de creación.
La historiadora del arte y curadora remarca al mismo tiempo que Irina García no es una artista científica, sino que su abordaje de la biología y la naturaleza se da desde otro lugar. En este sentido, enfatiza la curiosidad de la pintora y su sensibilidad.
La naturaleza por sí misma
Una de las grandes claves de la exposición se encuentra en que la exploración de la poética de la naturaleza se lleva a cabo a partir de sus propios elementos.
Irina se inspira en el bosque seco y complementa la observación minuciosa de la naturaleza con sus búsquedas personales. En sus propias palabras, esta combinación es la que le da sentido a la obra y también a ella misma como artista.
García explicó por ejemplo que las semillas que se hallan en la muestra fueron tomadas en el Cerro Blanco, un bosque que se enfrenta a numerosas amenazas: los incendios, las construcciones, la tala.
También confesó que las plumas que se ven en los videos son de diversas aves. En postproducción ralentizó las imágenes con el fin de apreciar su multiplicidad de formas y sus respectivas formas únicas de volar.
